Saturday, January 21, 2006

Fuego

Consumir. Consumir el día. Derretirlo para perderlo entre los dedos tensos. Consumir la vida sin sentirla. Desaparecer en el infierno de las noches ajenas. Consumirte hasta la naúsea. Deformar la promesa de lo bello. Agitarse para no sentir, para no pensar. Sudar. Agitarse para huir del cabaret en el que estás irremediablemente preso. Consumirte en el aquelarre de muecas que rodean tu vacío.

Y cuando todo parece perdido, cuando ya eres capaz de verte desde fuera, desde arriba, y no gustarte, consumir el día para dejar paso a otros soles, a otras esperanzas.